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¿Pasarías 17 años de tu vida construyendo tu propio Lamborghini Countach?

El Lamborghini Countach es uno de los coches más emblemáticos, si no el que más, de la marca de Sant’Agatha Bolognese. Y no es para menos: sus líneas agresivas congeniaban a las mil maravillas con las prestaciones de un motor V12 que, año tras año, veía aumentada su cilindrada y potencia, que pasaron de 4.000 cc y 375 CV cuando fue lanzado en 1974, a los 5.200 cc y 455 CV de su última evolución, el Countach 25 Aniversario, que se mantuvo en producción de 1988 a 1990.

Siendo, sin duda, un vehículo singular y claramente reconocible, no deja de ser uno más de los espectaculares superdeportivos que han ocupado las portadas de las revistas del motor y que hoy protagonizan no pocos videoclips de grupos de hip-hop. De hecho, es muy común encontrar réplicas, realizadas por profesionales o por aficionados entusiastas, a los que su pasión por los coches italianos les puede llevar a realizar transformaciones como un Pontiac Fiero que pasa perfectamente por un Countach, o la esforzada de un albanés que pasó un año para evocar un Lamborghini Reventón a partir de un Mitsubishi Eclipse.

Hay sin embargo, de entre todas las recreaciones que hemos encontrado, la de Ken Imhoff nos ha llamado especialmente la atención. Este estadounidense, seducido por las angulosas formas del deportivo italia

no mientras veía la película “Los Locos del Cannonball”, decidió que quería tener uno igual. Como no es un hombre rico, tiró de talento y tenacidad para arrancar un proyecto increíble: construir un Lamborghini Countach con sus propias manos, desde cero y en su sótano.

Tal y como explican en Autobild.es, soldó un chasis tubular de acero, al que le acopló el motor de un Ford Cleveland 351 V8 con carburadores Weber y una caja de cambios automática ZF de cinco velocidades. Posteriormente, fue dando forma a los paneles de aluminio de la carrocería, que soldó con sumo cuidado y lijó con devoción. Él mismo aplicó la imprimación, pero para pintar la carrocería del coche prefirió llevar los paneles a un pintor profesional.

Nada menos que 17 años le costó terminarlo (el coche vio la luz del sol en 2008), toda una vida dedicada a una obra que estuvo a punto de costarle el matrimonio (sin duda, su mujer Eileen tiene que ser todo un prodigio de paciencia) pero que dio como resultado una creación impecable.

¿Cómo acabó la historia? Cuatro años después puso el coche a la venta en eBay, donde se subastó por un mínimo de 75.000$ (58.000€ en aquella época) porque, según parece, le apetecía “hacer otra cosa”.

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